Todos los años en el mes de marzo celebramos con todos los expatriados el Día Internacional del expatriado libanés.
A medida que nos acercamos a esta conmemoración, que fue aprobada por el gobierno libanés en el año 2000 sobre la iniciativa de la ULCM y la comunidad libanesa en México, nos paramos ante la estatua de los Emigrantes - el símbolo con vista al puerto de Beirut - y ante las estatuas erguidas en todo el mundo por la Unión Cultural Libanesa Mundial, desde América Latina hasta América del Norte y el continente australiano, apoyamos los sacrificios de los primeros inmigrantes, que calmaron las lágrimas de nuestras madres y abuelas después de la hambruna, contribuyeron al renacimiento económico del Líbano, y encendieron la antorcha de la libertad, no solo en el Líbano, sino también en el mundo árabe, como resultado de un renacimiento migratorio que derrocó la hegemonía turca y contribuyó a los movimientos de liberación en nuestro querido Oriente.
Tan pronto como el Líbano se independizó, sus expatriados empezaron a invertir en él, y se convirtieron en los pilares de la economía libanesa, bombeando vida a sus arterias y fortaleciendo su cuerpo.
Secretaría Nacional
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